Varios cientos de horas de investigación en diferentes medios, fueron consumidas para intentar entender las motivaciones que llevaron a las potencias occidentales a deflagrar una guerra absurda entre Rusia y Ucrania.
Mi profesión no es el periodismo, podría considerarme un romancista, es decir, un escritor de romances. Por este motivo, vuelco el resultado de mis investigaciones a disposición del público en este formato. Las fuentes consultadas me exigieron anonimato absoluto, porque el conflicto aún está en pleno apogeo y sus empleos, así como sus libertades individuales corren serios riesgos de ser vulnerados.
Si me decidiera a escribir un libro documental, informativo y/o didáctico con este contenido, me sentiría obligado a citar dichas fuentes, es por esta razón que El Ermitaño se clasifica como ficción. Es una novela de espionaje, suspenso y romance, en la cual incluyo a un personaje ya conocido por mis lectores en otras obras del mismo género.
Por lo tanto, los lugares geográficos aquí descritos son auténticos, no así sus personajes e instituciones que, aunque guarden posibles similitudes con personas y organizaciones reales, estos son producto de mi imaginación.
Le corresponderá al lector medianamente informado, extraer la realidad de los datos subliminalmente contenidos en esta obra.